viernes, 19 de diciembre de 2014

Brujas

En el medio de nuestra estadía en París y sin abandonarla como base de operaciones, hicimos una escapada a Brujas, en Bélgica, pasando por Bruselas donde el Thalys se detuvo sólo unos minutos en la estación, lo suficiente para traer a la memoria que esa ciudad tuvo el privilegio aunque haya sido casual, de ver nacer a uno de los grandes de la literatura como lo fuera Julio Cortázar, argentino al menos en los papeles, ya que sus padres cumplían allí una función diplomática para nuestro país. París lo vio morir y también nos sentimos con la necesidad de rendirle un pequeño tributo en su tumba del cementerio de Montparnase, donde descansa junto a su última compañera, Carol Dunlop.

Brujas es lo más cercano que vi a lo que transmiten los libros de cuentos, esos en los que las casitas están dibujadas y donde desde cualquier puerta o ventana aparece uno de sus personajes. Los canales, parques, molinos y carruajes tirados por caballos completan la escenografía. Sería bueno poder verlo en su estado natural, sin las hordas de turistas que avanzan en masas por las estrechas calles con el consentimiento resignado de lugareños que ostentan un nivel económico nada despreciable.
Brujas me encantó en el más estricto significado de la palabra. Ahora quiero conocer un poco sobre su historia.