domingo, 8 de febrero de 2015

Bruselas

A Bruselas llegamos desde París donde el tren que tomamos en la Gare du Nord nos hizo recorrer esa distancia hasta territorio belga en poco más de una hora.

Teníamos un itinerario acotado al tiempo disponible, que incluyó la Grand Place, un Mercado de antigüedades, el Palacio Royal, el Mont des arts,  la Catedral San Michel y Ste. Gudula y la Galería du Rei. El arte en general ocupa un buen lugar tanto en espacios públicos como en galerías y museos como el de Magritte.
  


Almorzamos sándwiches de jamón crudo, berenjenas en escabeche y queso parmesano. En la merienda recuperamos temperatura en un Café-Tasse con un chocolate caliente.

No recuerdo haber tenido en otra ocasión el frío que sentí en las calles de Bruselas. A pesar de los abrigos que incluyeron gorro de lana y guantes de cuero y piel, los dedos estaban ateridos y no podía manipular el dinero ni la cámara de fotos.

Aún así, las bajas temperaturas no sólo nos permitieron hacer lo previsto sino que además recorrimos las inmediaciones del Átomo en las afueras de la ciudad, una estructura de poco más de 100 mts. de altura emplazada en el año 1958 y que representa un cristal de hierro ampliado 165 mil millones de veces. Se justificó ampliamente para este caso el largo recorrido y la combinación de dos Metros para llegar a ese lugar descampado en que el aire era más gélido aún.



Bruselas tiene historia y personalidad. Fue muy acertado haberlo incluido en esta ocasión y dedicarle al menos una jornada que pudimos aprovechar al máximo.